Todo había ocurrido muy deprisa, Charlie Brown aun no se explicaba cómo podía estar muerto si se acababa de despertar...
Derrota, su compañera incomprensible, fiel maestra de sus mejores glorias, yacía a su lado, exhausta tras la batalla: acababa de nacer de nuevo.
-Derrota, tú y yo reiremos juntos a la tempestad –le dijo Charlie Brown susurrando a ras de su largo cuello como de nube-, juntos cavaremos tumbas para todo aquel que en nosotros muera, y frente al sol nos erguiremos con voluntad indómita... Y seremos peligrosos.
Derrota le abrazó con su mirada y mientras implotaba hacia sí, Charlie supo que había ganado afortunadamente una Derrota más, madre de mil glorías que nacerían de su sangre sembrada en las sienes del sol.
8 comentarios:
uau qué poético. Me ha llegado. Mañana me voy a londres. Así que no tendré mucho tiempo de aburrirme.
besos
me encantan los perdedores
bsitus
quieres darme por el culo? Ya sospechaba que en esa foto tan sexy que tenias se veía un poco de bigotillo...
Qué carajo dices Vanity? te has vuelto definitivamente loco?
Guauuu.... después de semejante lección poético-filosófica me quedo con..
Spence!!
PD: por lo de los perdedores y por esos brazos tan bien moldeados...
La derrota siempre nos hace mejores que un éxito. Siempre ganamos más con una derrota, eso seguro. Así que es una derrota sin derrota Julia.
Me gusta Charlie Brown y su cuello largo como de nube.
;)
Nada más bello que la derrota en plenitud. Saber que no hay salida posible. Que nunca la hubo. Que es tiempo muerto de camino a la muerte.
Ya he vuelto de las vacaciones
Te leo!
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