Eme, Ele & Uve

Hola. He pensado que hoy voy a escribir un cuento copiando el estilo de Vanity D.

Hace 10 minutos Eme estaba cocida de calor, sudando como una perra marrón oscuro de pelo largo, tras recorrer con arduo esfuerzo calorífico las calles de su apestosa ciudad veraniega en busca de ese empleo que siempre huía de ella, cual polilla del murciélago. Pero ahora, 11 minutos más tarde, todo había cambiado y se encontraba en el mundo opuesto. Escribía pausadamente:

Me he dado una ducha fresca en la penumbra de un baño con ventana al sur, y estoy plácidamente recostada en mi sofá rojo, uno de esos apreciables sofás que te abrazan sin absorberte y son tiernos sin ser blandos y se acoplan a tu cuerpo sin perder su propia forma (más de una pareja tendría mucho que aprender de la relación entre este sofá y yo... –pensaba Eme-); por fin puedo estar descalza, lo adoro, se me estaban arrugando los dedos de los pies del calor pegajoso que estábamos sufriendo mis dedos fritos y yo. No hay nada como perder la tarde aquí acurrucada entre las sombras, armada con un portátil que da calambres, y una cesta de cerezas rojísimas a mi juicio perfectas...

Eme pensó, creo que hoy voy a escribir un cuento copiando el estilo de Vanity D. Y escribió pausadamente:

Hola. Soy Ele y vivo en Barcelona, aunque en realidad he nacido en Madrid. Muchos me conoceréis por mis publicaciones en blogspot, ya saben, el prestigioso portal de Internet que me está haciendo multimillonario a pasos agigantados. También trabajo en el Macba y en una editorial de libros por las mañanas, auque esto lo hago solo como tapadera para simular que soy un hombre normal y no me paren las adolescentes, cuando paseo por las calles de esta excitante ciudad, para suplicarme que las haga madres de un hijo de mi sangre.

Antes de ser rico y tener adolescentes a mi servicio las 29 horas del día, mi vida era distinta. No se, por ejemplo, tenia personalidad, tenia amigos de diversa índole, mantenía conversaciones acerca de la metafísica en los momentos más inesperados, ponía a prueba mi valor integral de vez en cuando, compartía libros por las noches, y en fin, era un rarito... no como ahora, que poseo un círculo de relaciones cuya circunferencia empieza y termina aproximadamente en el mismo lugar: el hall del museo de mi vida; lo cual tiene sus ventajas aunque alguno de vosotros no sepáis apreciarlas, por ejemplo, soy un chico normal, no me veo retado a cada momento, no necesito pensar en exceso, ni demostrar nada a nadie –ni siquiera a mi mismo-, vivo rodeado de adolescentes de 28 años, y mi vida mantiene una velocidad de crucero constante con rumbo a algún lugar provechoso digno de exhibición en cualquier escaparate postmoderno que se precie. Volver? No podría volver, según las normas de mi nueva personalidad la reconducción de mis actos no está permitida... es lo que tiene la velocidad de crucero, no permite maniobras de ultima hora, ni siquiera las que te salvan la vida... Eso si, está permitido escribir cuentos imitando el estilo de Vanity D.

Y Ele escribió pausadamente:

Hola. Soy Uve y vivo en Barcelona, aunque en realidad he nacido en La línea, la línea entre una cosa y la otra. Muchos me conoceréis por mis aportaciones a la sociedad como ejecutora de insufribles textos que tengo la libertad de publicar en blogspot, ya saben, el ordinario portal de Internet que concede la posibilidad a cualquier demente de exponer de forma pública sus vísceras literarias. Antes de ser una demente más, mi vida era diferente... no se, por ejemplo, tenia personalidad, tenia amigos de diversa índole, mantenía conversaciones acerca de la metafísica en los momentos más inesperados, ponía a prueba mi valor integral de vez en cuando, compartía libros por las noches, y en fin, era una rarita... no como ahora, que soy una chica normal y me siento felizmente integrada en esta jungla social que, por nuestro bien, difumina todos esos signos de personalidad que innecesariamente nos complican la existencia. Antes esperaba que ocurrieran ciertas cosas y me frustraba si nunca llegaban a pasar, pero ahora me pregunto, ¿por qué decepcionarnos de la vida? nadie nos dijo que pudiéramos esperar algo en concreto de ella, y si lo hicieron, mentían. Asumámoslo.

Volver? No podría volver, según las normas de mi nueva personalidad la reconducción de mis actos no está permitida... Pero si está permitido escribir cuentos imitando el estilo de Vanity D.

Y pausadamente, Uve escribió...