28.12.08

Sobre cerdos, zorras, y gafas de sol.

se llevó el café a la boca

se detuvo en el borde de la taza

se dejó llevar por el dolor de cabeza

se imaginó que podía decirme cualquier cosa

se olvidó de todo lo que había aprendido hasta entonces

se puso las gafas de sol encima de los ojos, luego sobre el pelo,

después en la cabeza

a modo de cornamenta

creo

y

se acercó para decirme


hay algo muy importante que esa listilla a la que tanto te gusta leer ha olvidado incluir en su lista: a las mujeres nos disgusta mucho compartir las cosas con otras mujeres. Ni siquiera estamos dispuestas a acceder con las piezas que no nos pertenecen, especialmente cuando huelen a hombre.

no vuelvas a llamarme, cerdo, porque me vuelves loca, pero no pienso sacar los dientes por ti.


se terminó el café, que ya estaba frío

se bajo las gafas de sol hasta el escote

se acercó para darme un beso


y

dejo la carroña

para otra zorra.



whole lotta love






3 comentarios:

MO RANSAR dijo...

oooooooleeeee!
si señor, fuera carroña!



p.d: ma encantao lo de la cornamenta jjejeeje

K* dijo...

Los cerdos, esos seres capaces de hacernos levitar para luego empotrarnos contra el suelo, sin piedad.
Las zorras no siempre sentimos predilección por ellos aunque, por lo que se ve, ellos son adictos a nuestras gafas de sol, entre otros menesteres.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

jajajaja, con un par...
feliz 2009
un besazo