22.4.08

Odio ser mayor


Érase una vez, en un pueblo muy seco y muy atardecido, yo sin paletas mirando las calles maravillosamente silenciosas desde las alturas.

Después de que se marcharan las golondrinas a por más barro, Alguien decidió rodearme con sus brazos en aquel tejado, y bajo la luz de las luciérnagas que me estaba imaginando, me contó una deliciosa mentira que ha resultado ser la verdad más deseable que he oído en toda mi vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

te felicito ... :)