7.4.08

La octava razón

Los seres humanos más cercanos y sinceros siguen siendo unos extraños, más o menos parciales, más o menos desconocidos los unos para los otros. La ambigüedad es inherente a la palabra.

En todas partes permanece el escándalo. Ninguna luz final, ninguna empatía en el amor desvela el laberinto que es la interioridad de otro ser humano. Al final, el pensamiento puede hacer que seamos unos extraños los unos para los otros.

El amor más intenso, quizá más débil que el odio es una negociación, nunca concluyente, entre soledades.



G. Steiner

3 comentarios:

paupistrello dijo...

Que decir del gran Steiner... juas!
Me quedo con la ilustra, muy guapa!!
Un besooooo

Julia dijo...

Jejeje, quedate con lo que quieras, rey, la ilustra es de un tipo llamado Sam Weber, tiene cosas muuuuy chulas...

Besos periquenses!

Unknown dijo...

me hizo acordar de algo..
recuerdos..
recuerdos...