Arquero de fresa y nata con sueldo de pistolero.
Glándulas anchas os querré por el temor a no quereros.
Varios juicios con su nombre escrito a la siniestra de la sentencia de rigor, le convierten en trilero de guante negro y tríceps blandos conservados en alcanfor.
Algo huele a maldición, y alguien dice que la razón perdió su juicio contra el bordillo, una noche en la que nadie quiso hacerse cargo de la deuda tripolar made in Belén, meidei- meidei!!
Así mismo al otro lado del cañón, la condición cantaba: bang- bang! bang- bang! Y la ardiente oscuridad nos acogió a todos nosotros, y también a los demás, para sin más preámbulos abrir nuestro corazón en mil pedazos…
Ese torero no tiene nada que hacer en el ruedo de tus ojos, y nadie llorará al pie del escarpado desayuno, porque el toro ha recuperado su cetro y su taza de café, y esto es un escándalo: ahora se enroca con la boca abierta, llena de múes y tolones para parar un tren harto de vacas.