23.9.10
20.9.10
mi vida
hemos empezado a besarnos como
locos y a jugar con el arma,
nada más entrar, y nada más entrar
bang- bang!
yo extiendo mis venas sobre la alfombra,
rápidamente me desplomo ahí mismo
-como un acto reflejo, sobretodo-
y es entonces cuando arrecia el frío,
las cortinas sufren un ataque de epilepsia,
los cristales de las ventanas tiemblan
y finalmente
alzan el vuelo en medio
de un escándalo rosa de neón.
ahora que lo veo todo blanco
no me importa tanto el frío,
y él parece disfrutar porque oigo
su felicidad como un tropel por la garganta
que tanto amé, lamí y besé ayer.
inesperadamente otro bang!
y ahora ya no tengo frío.
él se acerca a besarme la boca,
pero a pesar
de llevar la cabeza engarzada
de diamantes de ventana y rubíes pegajosos
me levanto y echo a andar
sin que él me vea;
voy hacia la puerta un poco mareada
y me marcho de allí porque ya no siento amor,
ya no siento nada.
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