confiar es esperar que los demás hagan lo que esperamos que hagan, contemplando el desafío de que no sea así.
en el fondo no es un acto tan filántropo como parece.
más allá de eso, lo cierto es que yo sí confío -lo dije todo al revés- confío en que se acabe, pero cada minuto apuesto casi todas mis células por el desafío legítimo de que no sea así.
¿Porqué? Porque estoy perdida y porque quiero perderme hasta el fondo y saber qué se siente. Y esto no tiene nada que ver con la rutina de buceo a la que se enganchan los peces. Debo recordar que Mª del Pilar está metida en todo esto y nunca permitirá que me dedique al buceo deportivo. No te preocupes, todo está fuera de control.